Lata de anchoas Hansa Catalina 110 gr en aceite de oliva

Como conservera del Cantábrico, los productos de conservas Catalina abarcan aquellos pescados más emblemáticos que se pescan en este mar: la anchoa y el bonito. Siendo la anchoa del Cantábrico el producto estrella.

La clave es el esfuerzo, el cariño, el mimo y el buen hacer con el que Conservas Catalina trabaja día a día su materia prima: la anchoa. Estas anchoas de conservas Catalina están elaboradas con pesca cuidadosamente seleccionada, procedente de las capturas de primavera en el Mar Cantábrico.

Lo primero que se hace con el bocarte del Cantábrico una vez que llega a fábrica es salarlo. Para ello se utilizan grandes tinas de plástico. Se echa una caja de bocartes y un puñado de sal. Así hasta llenar la tina. Una vez que han llenado la tina, tendremos en ella entre 200 y 250 kilos de bocartes y sal.

Este primer paso del bocarte por la sal dura unas 8 horas. El objetivo es que la anchoa se deshidrate. Una vez completado se saca a escurrir en cajas de plástico agujereadas para que escurra y se comienza con el proceso de descabezado.

Una vez descabezado, el destino de los bocartes es el barril. En el se colocan cuidadosa y alternativamente una capa de bocartes y otra capa fina de sal. Una vez finalizado el llenado del barril este pesará unos 400 kilos.

Las anchoas son un salazón que madura con calor. Las anchoas Catalina maduran entre seis y siete meses en el barril. A mayor calor, menor tiempo de maduración.

Pasado el proceso de maduración de la anchoa, se saca del barril y separarla. Con un paño de red, los bocartes se soban uno a uno. Se sujetan por la parte donde estaba la cabeza y, frotando, se retiran la piel y las escamas.

Una vez sobada la anchoa, se corta la cola y parte de la tripa. Una a una, de manera artesanal. Este es el sello de identidad de las anchoas que elabora conservas Catalina. Después se pasan por agua para lavarlas y retirar todas las impurezas y la sal sobrante. Después se colocan en trapos que se enrollan y van a la secadora, donde expulsarán todo el agua sobrante.

Tras el secado, las manos de las fileteadoras expertas de conservas Catalina, seleccionan y clasifican los filetes por tamaño. Las más grandes irán destinadas a la gama selección premium. Los años de experiencia y los ojos y manos entrenadas de las profesionales de anchoas Catalina garantizan que solo lo mejor llegue a nuestras mesas.

El proceso de elaboración de las anchoas Catalina finaliza con el envasado y posterior llenado con aceite de oliva.

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